La lluvia ácida es un factor contaminante indirecto, no elimina las especies vegetales o las destruye, sino que a través de su capacidad de asimilación de nutrientes pueden “adaptarse” al medio natural, en este caso al ser un medio abrasivo provoca un debilitamiento progresivo de las especies vegetales que irrumpe la cadena nutritiva, generando una perdida secuencial del ecosistema: el suelo se degrada y aumenta el riesgo de la seguridad alimentaria y el abastecimiento de productos.
Los dos óxidos de nitrógeno
considerados como mayores contaminantes atmosféricos son el óxido nítrico (NO)
y el dióxido de nitrógeno (NO2).
Al tener contacto con la
estructura edáfica, se acumula y no permite que otros nutrientes como el
Aluminio y el Cadmio se adhieran y sean aprovechados por la capa vegetal,
inhibiendo su crecimiento y reduciendo el margen de productividad en alimentos.
El proceso de asimilación
del nitrógeno en la atmósfera, afecta el ciclo del oxígeno y del Hidrogeno
formando un compuesto mayormente ácido que puede contribuir a una inestabilidad
por declive en el potencial de Hidrogeno (pH).
Entre más acidez tenga la
estructura edáfica, la compatibilidad y asimilación de nutrientes es menor.
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